1 sept 2010

CAPITULO 1: LOS PREPARATIVOS

Nervios. Estos siempre aparecen previos a cualquier viaje. La noche de antes normalmente no puedes dormir, asi que el dia "D" siempre tienes esa extraña sensación de ansiedad, cansancio e incluso algo de miedo al viaje que tienes por delante. Como siempre esa mochila delante... es tan grande en tus espaldas y tan pequeña cuando tienes que llenarla... Al menos el tiempo me ha enseñado que al final, uno se apaña con lo que lleva en ella y echar de menos tal o cual cosa solo sirve para comerse los sesos. Pero hay que calcular 2 semanas fuera de tu casa. Con lluvia, con viento, con calor, con frio... No es facil descartar las prendas. Una vez esta cerrada no hay vuelta atrás.

Cargamos nuestros petates en el coche de mi padre, que se ofrece a llevarnos a Andújar, donde comenzará nuestro periplo de autobuses, trenes, aviones, barcos, coches y todo tipo de transportes. Mejor dicho, donde debería de empezar, porque no olvidemos donde estamos. Llegamos a Andujar, mi padre nos despide con su prisa habitual y aguardamos a que abran las taquillas del bus a Madrid. No deberia de haber problemas. Dos dias antes habiamos contactado con la empresa para reservar asiento y nos dijeron que no nos preocuparamos, asi que cuando abren las taquillas, nos dirijimos al mostrador, pedimos nuestros billetes y la señorita de la ventanilla nos responde: "No hay billetes. Están agotados". Primer contratiempo. Se supone que vamos a trasponer hasta lugares mas cercanos del polo norte que de Jaén y el obstaculo mas grande está en la puerta de mi casa. Pero hay que reaccionar. Preguntamos por mas buses. Hay otro 2 horas mas tarde. Es el que para en todos los pueblos y no nos garantizan el asiento... ¿Que hacemos? No nos queda mas remedio que molestar a mi padre y pedirle que nos lleve a Madrid, donde mi hermana nos alojara a los tres por una noche, a la espera de que el avion despegue de madrugada.

La conclusión del dia es que en pleno siglo XXI uno puede planificar todos los horarios y precios de medios de transporte de medio mundo, pero es imposible ir desde tu casa a Madrid. La sensación que me aborda cada vez que salgo de España de que somos poco mas que tercermundistas empieza a crecer en mi interior. Aún no me ha abandonado...

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