8 ago 2011

RUMANIA EN BICICLETA. CAPITULO FINAL "HASTA SIEMPRE, RUMANIA"

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Hemos dejado de pedalear hace tres días y ya no es necesario madrugar. Sin embargo hoy, el día empieza mucho más temprano que ninguno. Toni ha pasado toda la noche tosiendo y con un dolor de garganta terrible. A eso de las 6 de la mañana no aguanta más, así que nos vestimos y preguntamos a la recepcionista del hotel que nos pide un taxi para el hospital. Aviso a Marta & Roger de la incidencia y les digo que les iré diciendo como va la cosa via móvil.

Subimos al taxi y nos vamos al hospital. Entramos a un  viejo y decrépito edificio. Informamos de la incidencia y nos envían a otra ala del edificio. Tras una leve espera, una médico, con más experiencia que medios, atiende su dolor de garganta. Le manda unas radiografías y unas inyecciones para la tremenda infección. Nos acompañan a una sala donde hay 5 camillas vigiladas por dos enfermeros. Lo primero, tomar la tensión. Se ve que en Rumanía son muy de tomar la tensión. Todo aquel que llegaba al hospital, tuviera la dolencia que tuviera, lo primero era tomarle la tensión. Tras ponerle la "temida" inyección (Toni siente pavor por las jeringuillas) la mandaron a rayos X. Le hacen las radiografías y nos vuelven a la sala de los enfermeros a esperar.

La sanidad rumana está lejos de ser como la española. La falta de medios que presentaba el hospital de Sighisoara, hacía que echaras de menos nuestros hospitales. Los edificios son viejos. Los equipos, sin ser antiguos, escasean. Los servicios, por ejemplo, en lugar de haber unos para hombres y otros para mujeres en cada ala del edificio, había uno para el personal y otro para los pacientes en todo el edificio. En el de los pacientes no había ni papel higiénico. Como contrapartida, hay que decir que las urgencias no están colapsadas. Su seguridad social está tambien lejos de la nuestra y si no cotizas a la seguridad social, solo se te atiende por urgencias. El resto del tratamiento te lo tienes que costear, así que la gente se cuida de ir al médico solo cuando es necesario.

A cambio, los sanitarios nos atendieron de forma ejemplar. Se esmeraban en que nos llevaramos una buena impresión de su sanidad. Al poco de estar Toni esperando a que le dieran los resultados, entró un rumano con una taquicardia tremenda. Yo creí que se moría allí mismo. Sin embargo, a la nada de estabilizarlo, volvieron a estar pendientes más de Toni que del rumano moribundo. En todo momento preguntando de forma amable e interesandose por España y los españoles.

Tras salir del hospital, llegamos al hotel. Con la hora justa para ir a desayunar en el buffet del hotel, donde Marta y Roger nos esperan desayunando ya. Voy al servicio a lavarme las manos. Cuando vuelvo, no hay nadie. Han desaparecido. Veo a Roger corriendo hacia la cocina. Me dirijo allí y... ¡¡¡sorpresa!!! Toni, Marta y Roger aparecen con una tarta. Si, hoy es mi cumpleaños y me han querido sorprender con una tarta de tiramisú, que según parece, algún trabajico les costó conseguir.
La sorpresa no acaba ahí. También incluye un regalo. La camiseta que yo había elegido el día anterior y que supuestamente era otra persona. Nos hacemos alguna foto y terminamos de desayunar. Subimos a la habitación, recogemos las cosas y subimos al coche, rumbo al último "stage"; Sibiu.

Biertan

Montamos al coche y dejamos Sighisoara. El camino a Sibiu está plagado de pueblecitos con iglesisas fortificadas de herencia germánica. Por el camino paramos en varias de estas iglesias. Nos detenemos en Biertan, una de las siete localidades con Iglesias Fortificadas que la Unesco ha declarado Patrimonio de la Humanidad. Es una parada bonita, pero lejos de la espectacularidad de Sighisoara.
Biertan

Lo cierto es que toda esta zona está plagada de pueblecitos con iglesias germánicas y merece la pena una exploración profunda. Es una de esas regiones en las que gusta perderse y explorar sin prisas. Incluso un lugar ideal para retirarse. Un lugar donde el tiempo discurre despacio y tranquilo, aunque claro, nosotros ya estamos agotando prácticamente el úlitmo día, así que seguimos la ruta, no sin detenernos también en otro pueblo que merecía la pena visitar; Medias.

Medias también tiene un centro medieval bien conservado y hasta un total de 42 edificios emblemáticos según anuncian los carteles publicitarios. Nosotros nos centramos en la parte fortificada y la biblioteca, en parte por que no queríamos llegar tarde a Sibiu y en parte porque el calor empezaba a hacer de las suyas.

A mediodía llegamos a Sibiu. Aparcamos el coche en una explanadita justo a la entrada del centro histórico y justo al lado de una tienda de bicicletas, lo cual nos vino estupendamente porque uno de los objetivos del día era localizar unas cajas para meter las bicis, ya que para volar al día siguiente, nos exigían que las bicis fueran en cajas. Entramos a la tienda y el chico nos da las cajas sin poner ninguna pega. Algo que parecía que podría llegar a ser una odisea, se soluciona en un periquete. Dejamos las cajas en la baca del Zafira y nos vamos a comer.
Medias

Comemos un menú rumano por primera vez sin sarmale ni snitzel de pui. A cambio una sopa de crema de leche deliciosa y una carne en salsa buenisima. Con un postre también rico, aunque de sabor exótico. En la linea rumana, bueno, bien presentado y barato. Salimos del restaurante y vamos a la oficina de turismo donde preguntamos por hotel. Nos cuenta una milonga de que si los precios en el centro son iguales que a las afueras y nos recomienda solo dos sitios; uno muy cutre, el otro muy caro (para ser Rumanía). Mientras, una pareja que estaba atenta a las explicaciones de que visitar que la guia nos hacía, nos explica que ellos están en un hotel limpio, con internet, barato y a 5 minutos del centro.
Calle de Medias

Está claro. En las oficinas de turismo, normalmente solo te recomiendan los establecimientos que dan alguna comisión a la guia. Vamos a la pensión recomendada la Happyday. Efectivamante, wifi, limpieza y calidad por muy buen precio. Si estas pensando en ir por Sibiu, reserva en este sitio. No echarás nada de menos de un hotel de 3 o 4 estrellas español. Hacemos el check-in y nos vamos a visitar Sibiu.

Sibiu es una ciudad moderna, emblema de lo que quiere llegar a ser Rumanía. En 2007 fue Capital Europea de la Cultura y se nota que hasta aquí llegó el dinero de la UE destinado a fomentar el desarrollo turístico. Comenzamos nuestra visita entrando a la Catedral Luterana y una vertiginosa subida a su torre del campanari, desde donde hay unas vistas espectaculares a toda la ciudad. Entramos también a la iglesia en si, donde está enterrado el hijo del popular Vlad Tepes, aunque no fuimos capaces de encontrar su tumba entre tanto obispo muerto.

Catedral Luterana

Campanario (no es la mujer de Jesulín)

Sibiu desde la Catedral

Tras la Catedral, fuimos a salir callejando a la Piata Mare, el auténtico orgullo de Sibiu. Se trata de una gigantesca Plaza de forma irregular llena de vida. Durante la capitalidad cultural de Sibiu, este fue epicentro de conciertos, teatros, festivales, etc. Cuando nosotros llegamos se estaban preparando para otro festival, montando un gigantes escenario. La plaza bulle de gente a cualquier hora del día y es uno de esos lugares agradables donde apetece pasar una tarde entera solo viendo el trasiego de gente.

Piata Mare

Callejeamos un poco por el Bulevard Nicolae Balcescu, una avenida peatonal llena de tiendas, terrazas, cafés y gente. Es sin duda la antítesis de cualquier cliché que tengas sobre una Rumanía pobre, cutre o carente de estilo. Las terracitas de tipo chill-out están a rebosar de gente tomando un helado, un café, un mojito... se respira mucha vida y el ambiente es de gran ciudad.
Mujerese en Bulevard Nicolae Balcescu

Pasamos la tarde viendo el casco medieval, con especial mención a la torre Turnul Sfatului, la torre más antigua que se conserva en pie de Rumanía. Desde la azotea hay unas magníficas vistas de la Piata Mare, además de un calor horrible. También habia una exposición de fotografías del más grande, Robert Capa. Si te gusta la fotografía, no puedes dejar de visitar. una exposiciónde Capa. Para mí, el mejor fotógrafo de la historia. Resulta increible como conseguía captar esas miradas, esos gestos y esa sensación de contemporaneidad, con esas máquinas de fotos de hace 70 años. A pesar de los personajes y de los paisajes, esas estampas de la Guerra Civil española que le imortalizaron, te conmueven. Los personajes retratados quieren hablarte y contarte su historia. Nadie como él ha sabido captar con una cámara de fotos el alma humana.
Piata Mare desde Turnul Stafului
Calle de Sibiu

Salimos de Turnul Stafului y nos vamos al hotel a darnos una merecida ducha (olemos a humanidad con tanto calor) y a vestirnos. Lo hacemos callejeando por las calles estrechas de Sibiu. Tras ducharnos vamos en busca de la cena. Descartamos un griego tras mirar la carta. Descartamos varios italianos, porque estamos tan hartos de sarmale como de pizza y casi sin saber como, damos con un sitio pijo cerca de Piata Mare, donde nos convencen diciendo que tienen Lambrusco.


Sibiu


Pedimos cena tipica rumana, especificando que no queremos ni sarmales, ni mamalingas ni su p... madre. Nos trae un rico menú. Toda la comida abundante, buena y muy bien servida. Por poner un fallo, el lambrusco no estaba demasiado frio, pero de calidad general perfecto. Como siempre, a precio de saldo. La cena para cuatro personas, con vino, a la carta y en el sitio mas pijo de Sibiu, no llegó a 40€.

Tras el atracón que sirvió a su vez de celebración por mi 36 cumpleaños, paseamos por última vez por Piata Mare, despidiendonos de Rumanía. Volvímos al hotel y a dormir, tras hacer unas cuantas fotos nocturnas.
Sibiu at night

Al día siguiente, desayunamos en el hotel, cargamos las cosas en el coche y rumbo al aeropuerto de Sibiu. Comprobamos que Blue Air es mucho más eficaz que Wizzair, aunque la puntualidad tampoco es su fuerte. 


Llegamos a Madrid. Un guardia civil nos detiene "¿Que llevais en las cajas?-Pues dos bicicletas" "¿De donde vienen Vds?- de Rumanía" " ¿Es que allí las bicis son mas baratas? - No, las bicis son de aquí. Hemos estado recorriendo el país en bici" " Ah si??? Y que tal? Todo muy cutre no?- Pues no, una pasada de país". Se queda sorprendido y nos deja seguir. Al ir a por el coche, el chófer del parking revisa sus papeles y con un poco de miedo y un acento rumano que no puede con él nos pregunta "Que tal las vacaciones?- Increibles, teneis un gran país del que os podeis sentir bien orgullosos!". Le cambia la cara y esboza una sonrisa. No le hemos engañado. A partir de hoy, nuestra misión será cambiar a la gente el chip sobre Rumanía.

Volvemos a casa, cansados y un poco tristes. La aventura se ha acabado. Si acaso nos queda por descubrir la única gran verdad en la que todos los viajeros coinciden... como en tu cama y en tu water... en ningún sitio!!!

3 comentarios:

  1. Impresionante, Cata. espero algun día poder disfrutar de cosas como estas.
    Un Saludo
    Pedro López

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  2. Todo es ponerse, Pedro!!

    Un abrazo!

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  3. He disfrutado leyendo vuestras hazañas. Gracias por escribir!!!!!

    Saludos.
    Manolo Higueras

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