24 sept 2010

CAPITULO 6: EL FIORDO DE LOS SUEÑOS

La noche ha sido dura y extraña. Por un lado, está el cansancio lógico de no haber descansado y por otro lado está la sensación de haber pagado la novatada y que todo tiene que salir bien de aquí en adelante. Por lo menos sabemos que hay que tener resuelto el tema del alojamiento antes de las 20h.

A las 6:00 de la mañana, comenzaba nuestro periplo autobusero. Para hoy tenemos prevista la entrada a la zona de los fiordos "de verdad". Tenemos varias alternativas. La clásica es ir en tren a Myrdal y subirnos al archifamoso "Flamsbanen" o tren de Flam y desde ahí ir en bus hasta Sogndal, nuestra siguiente parada. Otra opción pasa por ir en ferry desde Bergen hasta Flam, recorriendo el Sognefjorden o Fiordo de los sueños y continuar hasta Sogndal en bus. La primera la descartamos por ser demasiado turística. Hay gente que se tira de los pelos cuando decimos que no subimos al tren de Flam, pero con la gente que hablaba, me contaba que había salido decepcionada. Además los casi 50€ que se pagan por cabeza para un trayecto de algo más de media hora me parecen un timo. Si no hubieramos pasado la noche de esa manera y estuvieramos algo más descansados (sobre todo Toni, que estaba rendida) hubieramos hecho el recorrido por el sendero caminando. La opción del Ferry, la descartamos por ser extremadamente cara. 

Pero si hay algo bueno que tiene esto del mochileo es que te relacionas con la gente y te enseñan truquillos que no vienen en las guias de viaje. Bjarte en Stavanger nos había comentado que el fiordo más espectacular era el Nærøyfjord que es el fiordo que une Gudvangen con la famosa Flam. Así que durante la noche, en los ratos de vela, he imporvisado un itinerario. Consiste en ir de Bergen a Gudvangen en bus y alli ir a Flam en ferry, para  terminar en Sogndal, donde nos esperaba Guttorm, otro anfitrión más de Couchsurfing.

Un consejo para cualquier viaje en general y Noruega en particular, es que os lleveis en una carpeta todos los horarios de todos los transportes que penseis que os puedan ser útiles. Para cambios e imprevistos, son de mucha ayuda.

Así pues a las 6:20 subimos a un bus que nos lleva a Voss. El recorrido es sencillamente increible. El bus va serpenteando por el fiordo de los sueños. Una vez más cualquier idea que te hagas sobre lo grande y bonito que es este fiordoo se te va a quedar pequeña. Muy pequeña. El fiordo se adentra mas de 200 kms tierra adentro y por todas partes se suceden las cascadas. Definitivamente, tengo que volver a este país, pero esta vez en bicicleta, para poder pararme donde me de la gana a hacer fotos.

Iglesia de Voss
Llegamos a Voss, un encantador pueblo entre las montañas y el fiordo y tenemos 20 minutos hasta que salga el siguiente bus a Gudvangen. Para matar el rato, nos acercamos a su iglesia de madera.

Subimos a otro bus que nos lleva a Gudvangen. Al acomodarnos, nos damos cuenta de que unas chicas, mochileras igual que nosotros, le han pedido ticket de estudiante. El conductor les ha cobrado el 50% que a nosotros y no les ha pedido el carné de estudiantes. Ese detalle va a marcar el resto del viaje...

Gudvangen
Llegamos a Gudvangen. No espereis una ciudad. Ni siquiera un pueblo. De hecho hay 10 casas y no llega a la categoría ni de aldea. Eso sí el emplazamiento es único. Damos un paseo desde la carretera hasta el muelle, donde hay una cafetería, un apartahotel chulisimo, un campamento vikingo y una gasolinera, separados por un puente de madera.

El ferry sale a las 10 y aun no son las 9. Voy hasta la gasolinera, donde hay un supermercado a comprar el pan para la comida del dia. Una vez allí, mi estomago me recuerda que aún no hemos desayunado. Así que compro un par de bollos de crema y un capuccino XL para compartir. Matamos el rato hasta que llega la hora de montarse en el ferry investigando la cámara de fotos nueva y devorando el desayuno.

Llega la hora de embarcar. Voy decidido al revisor y le digo " Two student tickets, please". La contestación "Ok, 200 NOK, please". Acabamos de inventar el 2 x 1!!! Así como el que no quiere la cosa, nos acabamos de ahorrar 30 eurazos. Parece que el día se presenta mejor que el de ayer!


Subimos a bordo, con el ánimo un poco más levantado a pesar del cansancio por la noche de perros que hemos pasado. El ferry leva anclas y avanzamos por el Nærøyfjord. Una vez más, cualquier adjetivo que intente utilizar, se queda pequeño. El fiordo es un cañón estrecho que te sobrecoje. Las cascadas se suceden precipitandose en el agua turquesa. Las casitas de madera, salpican las laderas cuando estas no se convierten en acantilados. Increiblemente bonito, y afortunadamente, no demasiado masificado para el turismo.

Un par de horas alucinantes después llegamos a la famosa Flam. Se nota que es el punto turístico de los fiordos por excelencia. El bullicio de gente se deja sentir y un crucero de 16 pisos, mas grande que el pueblo en sí, reposa en el muelle. A su lado, nuestro ferry no llega a la categoría ni de patera.

Nærøyfjord

Salimos del ferry y como nuestro bus no sale hasta dentro de hora y media, matamos el rato con una excursión hasta Brekkefossen, una cascada cerca del pueblo. No es, ni de lejos, la cascada mas espectacular de Noruega, pero es un sitio agradable donde matar el rato.

Bajamos de nuevo a Flam y al ir a recoger las mochilas, nos encontramos de nuevo con la pareja de Vitoria con la que estuvimos en el Preikestolen. Charlamos un rato y se incorpora la pareja con la que coincidimos ayer el mirador de Bergen. Nos preguntan por nuestra noche y les contamos el relato. Nos dicen que porque no les avisamos, que nos hubieran hecho un hueco... Nosotros por no molestar... En fin, para la próxima vez habrá que espavilar.

Nos despedimos y nos deseamos suerte. Subimos a otro bus, camino de Sogndal. Otro recorrido de esos que no te hartas de hacer... Si existe el paraiso, no debe de ser muy distinto a Noruega. A las 17:00, cansados pero maravillados por el paisaje, llegamos a Sogndal. Solo sabemos de Guttorm que vive unos 7 kms a las afueras, aunque tenemos precisas indicaciones de que buses pasan por su casa. El problema es que no tenemos horarios.

Así que vamos a la oficina de información turística. Además quiero que me confirmen un par de autobuses. La combinación para el glaciar del Briksdall y la combinación para la Iglesia de Urnes. Una iglesia de madera patrimonio de la humanidad. La chica de la oficina de información turística es nueva y no tiene ni idea. Eso sí, se ofrece a colaborar en todo. Me advierte que aquí el verano ya ha acabado (el 18 de agosto!!!) y que los buses que yo tenía en mi horario, la mayoría ya no operaban. Tras 1 hora de comprobaciones, nos hacemos a la idea de que será imposible subir al Briksdall, ya que la combinación de autobuses que hay, es imposible para nosotros. Decidimos que lo mejor es madrugar al dia siguiente e ir a visitar Ulnes sin prisas, pero la chica no termina de aclararse con los horarios, por lo que al final le doy las gracias y decido que lo mejor será mirarlo por internet desde casa de Guttorm.

Los buses que pasan por la casa de Guttorm escasean, así que le llamo para que me ayude y me diga cual debo tomar. Guttorm se ofrece amable a recogernos con su coche. 20 minutos más tarde, ahí está. Me tranquiliza saber que esta noche vamos a dormir en una cama.

Vamos a su casa. Mi padre se moriría de la envidia si la viera. Guttorm es un tipo sencillo y tranquilo que vive en una cabaña de madera de ensueño junto al Sognefjorden. Desde la ventana de su salón, hay unas vistas del fiordo que puedes estar toda la vida mirándolas. Con estas vistas, ¿para que quieres una televisión? Efectivamente, Guttorm es uno de esos noruegos que vive sin "caja tonta". No creais que esto es una excepción en Noruega. Mucha gente vive sin televisión y mata su tiempo leyendo, mirando el periódico por internet o escuchando música. La cabaña es más bien austera y no tiene grandes lujos, pero es acogedora y cómoda.

Nos instalamos y comenzamos a charlar. Nos cuenta que su infancia la pasó en Bolivia, de ahí que hable español casi a la perfección. Pasamos la tarde hablando de nuestras vidas. Guttorm es una pequeña caja de sorpresas. Es ingeniero informático y trabaja en un instituto noruego donde se dedican a investigación y desarrollo. El se encarga de buscar investigadores y de supervisar los proyectos de turismo. Aquí, alguien que tuviera ese trabajo, tendría un status casi de semidios. Sin embargo, Guttorm pasa su tiempo libre viajando, esquiando, cultivando su huerto, o fabricandose su propia sidra. Una persona de las más sencillas y amables que he conocido en mi vida.

Cenando en casa de Guttorm
Tal y como habiamos quedado por mail, ibamos a cenar a base de tapas. Los noruegos tienen una idea mística de las tapas y en su cuadriculada manera de pensar, no les termina de encajar que las tapas tienen mucho de improvisado. Se sorprenden un poco al conocer que las tapas no tienen una receta. Así que pensamos en hacer lo clásico; tortilla de patatas y para darle un toque del sur, un salmorejo. Pero hacer una tortilla de patatas sin patatas es muy complicado y un salmorejo con pan integral... prefiero no saberlo. Así que tocó improvisar. Un calabacín, una cebolla, aceite de oliva y huevos para una tortilla de calabacín. De la mochila sacamos un paquete de chorizo y otro de jamón york, que  aderezamos con sal, pimienta y aceite, al estilo del lacón. Toni prepara unos tomates con queso de huntar, y los gratina con un poco de orégano. Otro tomate con sal gorda, ajo, aceite y vinagre.... al final, hemos preparado una cena muy española con ingredientes muy noruegos.

Para celebrarlo, nada mejor que sidra casera. Simplemente deliciosa, nada que ver con la sidra enlatada o con nuestra sidra asturiana. Le enseñamos a Guttorm que la mejor manera de reciclar el aceite de oliva que nos sobró de la tortilla, es mojar sopas... y vaya si le gustó el invento!! Así pasamos una gran tarde noche, riendo, hablando, comiendo y bebiendo. De nuevo otra noche que no olvidaremos.

Poco a poco, el cansancio de la noche anterior va pasando factura y a las 23:00, nuestros cuerpos ya no pueden más, así que ponemos fin a la velada y nos vamos a dormir.

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2 comentarios:

  1. No inventaste el 2x1, sacaste a relucir la picaresca española.

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  2. Cierto... creo que más que inventarlo, lo que hicimos fue introducirlo...

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