En
el primer capítulo refería al tráfico de Lima como sencillamente caótico. Pues
bien, el de Cuzco no lo es menos. Pasamos la noche entre pitidos y sirenas.
Claro está; en un país donde la preferencia de paso la marca el que toque antes
el claxon, todo el mundo anda como loco todo el día tocando la bocina. En esto, los
taxistas son unos verdaderos adictos y además ahora, se ve que la última moda,
es andar colocando a los coches sirenas simulando ser una ambulancia o coche de
bomberos. Sumadle a eso, que aquí las ciudades nunca duermen y el resultado es
toda la noche escuchando el estruendo del tráfico, bocinas, sirenas y demás
ruidos derivados. Para cuando conseguí conciliar el sueño, sonó el teléfono.
Llamaban de Canal Sur solicitando información sobre un artículo que había
escrito antes del viaje y nadie les había dicho que andaba por las américas. En
España eran las 10, pero allí eran solo las 4 de la mañana.
Así
que la noche la pasé prácticamente en vela. Tampoco es nada nuevo que yo duerma poco, así que a las 8, tal y como habíamos acordado, fuimos a por
desayuno. El desayuno del hotel fue solo correcto. Café con leche y/o mate de
coca. Algún bollo de pan con mantequilla y mermelada y huevo revuelto. Fuimos
prácticamente los únicos en desayunar. Aquí todo el mundo empieza a funcionar
bastante antes.
Entrada al Convento de Santo Domingo |
Así
que hicimos los petates para 3 días de excursión, dos para el Valle Sagrado y uno para Machu Pichu, y los dejamos en consigna en
el hotel. Emprendemos el camino al Convento, a 5 minutos del hotel, y nos
disponemos a entrar. No tardan mucho en ofrecersenos un guia turístico.
Comprobamos que aceptan el ISIC para entrar y negociamos el precio con el guia.
Sabíamos que toda la parte esta de las ruinas Incas, merecía la pena conocerlas
con un guía. Así que contratamos a Ervin, nuestro nuevo guía, por unos
módicos 40 soles.
Grabado Inca |
Recinto amurallado |
Chute de oxigeno para combatir el Soroche |
El
respiro sirve para cerrar el trato con Ervin, nuestro guía. Se ha ofrecido a
ser nuestro guía para las 4 ruinas de Cuzco y además, nos conseguiría un
transporte para hacer las 4 ruinas exteriores de Cuzco. Tras una pequeña
negociación, cerramos el trato en 130 soles, incluidos los 40 que ya habíamos
acordado por Qoricancha más otros 45 soles para el taxista. Al cambio, el pack
completo taxi privado más guía, nos salía por unos 55€ a dividir entre 4
personas, por tenernos todo el día dando vueltas.
Exterior del Qoricancha |
Así
que mandamos a Toni y Marta al hotel mientras Roger y yo vamos entretanto a
cambiar euros por soles y a negociar el bus nos ha de llevar a Puno tras el
paso por Machu Pichu dentro de 4 días. La experiencia nos sirvió para ver lo
poco espabilados que son los peruanos... parece como si el mal de altura los
tuviera medio dormidos... preguntabas algo y se quedaban como si la cosa no
fuera con ellos.
Tras
reservar el bus hasta Puno, en servicio turístico y tras cambiar a moneda
nacional vamos al punto de reunión acordado, el hotel Pachán. Cargamos los
macutos en una desvencijada ranchera de 5 plazas donde nos metemos 6; Ervin y el
chófer delante y nosotros cuatro a presión detras y emprendemos el rumbo hacia
Sacsayhuamán.
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